Charles Barry |
Jorge Tuero |
De los personajes
creados por la comicidad venezolana, me es grato recordar al inolvidable y
graciosísimo Charles Barry, en su sketch “La
Noticia Positiva”. En estos episodios de la comedia de entonces,
ocurrentemente, se la daba doble interpretación a una noticia coyuntural y
propia de la época, parodiando la dualidad y transformación de Dr. Jekyll y Mr.
Hyde convenientes a la obra de Robert
Louis Stevenson, creativamente adaptados al programa humorístico. De esta manera nos
brindaban una suerte de Jekyll quien anunciaba la noticia, y un Hyde que, exacerbado (en la misma figura de Barry saliendo de debajo de su escritorio), interpretaba
aquella noticia y “sus realidades”, ya transformado. Así también era asistido
musicalmente con el tétrico inicio de la Tocata
y Fuga en D menor de Johan Sebastian
Bach. Complementado todo esto con una escenografía simple, casi
minimalista, que exponía un espacio sombrío y tenebroso en función de
identificar de forma artística: el terror de la verdad detrás de la
interpretación de una noticia “supuestamente positiva”. La ironía jugaba un
papel casi tan fundamental como la dentadura postiza de Barry.
También recuerdo el personaje “El Profesor Americano” inmortalizado por el elocuente Jorge Tuero, quien visitaba a otro personaje, expresando este segundo frases coloquiales en un contexto hilado a cualquier cotidianidad venezolana, mientras nuestro confundido profesor interpretaba las palabras y frases textualmente, alterando así el significado real detrás de las expresiones idiomáticas propias de nuestro país. Por consiguiente, nuestro profesor, sin poder entender una sucesión de frases hechas, características a nuestro lenguaje coloquial, esbozaba desconcertado una de las líneas célebres del gran Tuero: "¡oh Andrés Bello, qué han hecho con tu idioma!”.
También recuerdo el personaje “El Profesor Americano” inmortalizado por el elocuente Jorge Tuero, quien visitaba a otro personaje, expresando este segundo frases coloquiales en un contexto hilado a cualquier cotidianidad venezolana, mientras nuestro confundido profesor interpretaba las palabras y frases textualmente, alterando así el significado real detrás de las expresiones idiomáticas propias de nuestro país. Por consiguiente, nuestro profesor, sin poder entender una sucesión de frases hechas, características a nuestro lenguaje coloquial, esbozaba desconcertado una de las líneas célebres del gran Tuero: "¡oh Andrés Bello, qué han hecho con tu idioma!”.
Wilmer Ramirez |
Emilio Lovera |
Enuncio estos
cuatro personajes ya que me son cónsonos a la realidad de la “nueva noticia
digital”. Muchos textos que ahora nos descubren a nosotros, apareciendo
vinculados a una publicación en Facebook, a un tweet, o a cualquier link de alguna página web que revela un
mensaje. Ese mensaje es una redacción llena de descuidos y falta de un esfuerzo
mínimo de correcta expresión. Tales textos, por lo general de carácter
informativo, son a mi parecer, material suficiente para añadir a cualquiera de los sketches de los personajes antes descritos. Son estas noticias-mal-redactadas, motivo de comedia, dada su
naturaleza errante y poco elaborada.
Es una verdadera vergüenza la manera en que muchos “comunicadores y escribidores” se expresan día a día a través de medios formales, que a su vez, deberían poner cuidado a su línea de contenido; no por factores políticos sino por elementos netamente gramáticos, lingüísticos y estilísticos.
La calidad es un factor que ha venido mermando en nuestro país; ahora bien, la redacción no escapa ante nuestra actual problemática de escasez, teniendo en cuenta en este caso que también escasee el argumento, el criterio y el correcto uso del lenguaje hablado y escrito ante nosotros los consumidores de ideas, de historias, de letras...
Me es preciso desfogar estos argumentos en contra de la actual entronización de la mediocridad y carencia de lo prolijo, canjeado por una falsa practicidad. Así expongo esto, a razón de una refinada sensibilidad y respeto por el debido uso del lenguaje, en otros tiempos común y afin al colectivo. Tal vez hoy mi reclamo sea visto, por muchos, como una exageración o quizá una extravagancia; cada quien le dará su más subjetiva interpretación.