miércoles, 27 de mayo de 2015

El Neo-fatalismo del venezolano



 “Un pesimista es un optimista con experiencia” decía Francois Turffaut... No es justo hacerse la vista gorda con la precaria situación que vivimos en Venezuela, pero tampoco es justo que cada día solo se limite a una nueva calamidad en una progresiva explosión de quejas, aflicciones y penurias.

Todos y cada uno de nosotros tiene responsabilidades, retos, obstáculos y demás "sustantivos" que califican o descalifican su día a día y su propia cosmovisión. El venezolano ha caído en un letargo emocional que lo ha sumergido en una suerte de fatalismo contínuo que no le deja ver más allá de la escasez, la inseguridad, la corrupción, el control cambiario y todas las irregularidades que nos atañen como sociedad limitada que somos.

Permítanme comentarles que la “estrategia de embrutecer al venezolano” está funcionando a niveles insospechados. Yo estoy completamente consciente de lo difícil que se ha vuelto vivir en este país. Yo estoy al tanto de las noticias. También soy consciente de una lista enorme y creciente de irregularidades que se suscitan cada 24 horas. Tengo mis obligaciones y prioridades, como cada ciudadano. Pero también creo, con certeza, que ningún extremo es prudente. Es decir, no podemos caer en desidia, pero tampoco podemos zambullirnos en un fatalismo extremo.

Trabajar con público brinda la oportunidad de fungir como termómetro social. Al fin y al cabo es otro sesgo más, pero qué es el Conocimiento sino una bolsa llena de recuerdos y sesgos. No obstante, el tamaño de la bolsa varía según cada quien… Cada día llegan personas a la tienda, donde yo trabajo, a “ventilar” sus percepciones sin filtro, sin decoro. Cada día más gente vocifera sus frustraciones e impresiones, como diría Gisela Kosak Rovero en su libro Ni tan Chéveres ni tan Iguales: “cual opinadores de panadería…”.

El venezolano somatiza las calamidades de su gentilicio a través de un péndulo dicotómico, que oscila bruscamente entre el chistecito a razón de una noticia, y la exacerbación radical-fatalista de una realidad con la que no se vive sino se sobrevive. Si no está "cagado de la risa" con alguna broma texto-gráfica, entonces anda solapando espacios, gritando a los cuatro vientos su desdicha, exigiendo una suerte de empatía inmediata. Así nos paseamos inadvertidos entre la gracia y la desgracia, soñando con el placebo de un anhelado sionismo…

La gente atropella con sus argumentos en un arrebato “excusado” por su propia condición de sobreviviente. Es verdad, en este país no se vive: se sobrevive. En este país no se procede: se improvisa. En este país no se ejecuta: se resuelve. En este país o se habla peste de la patria o se es un chauvinista empedernido… Así podría abarrotar de líneas este texto, pero caería en esa “somatización mal canalizada” la cual estoy, más que criticando: identificando.

¿En qué momento el equilibrio se volvió algo utópico? Levanto mi bandera en señal de alerta. El país está como aquel animal serpentiforme 
(uróboros) que se muerde su propia cola…  Podríamos comprarla también con los mitos de Sísifo o Tántalo; por eso en otros artículos he mencionado la materialización social de un loop.

Hoy en día impera lo absurdo. Ni hablar de los niveles de estulticia…
Venezuela va rumbo a convertirse en una distopía señores. Sépase que lo contrario a la civilización es: la barbarie. Y en eso andamos; lo que pasa es que a veces, usted, no se da cuenta de que el papel de bárbaro se lo juega una vez a la semana, o tal vez diez minutos al día. O por unos momentos el mes pasado… Así todos reclamamos nuestro derecho a despotricar a razón de un inminente neo-fatalismo.

Muchas veces mi condición más nietzscheneana (mi sarcasmo puro) me ha llevado a comentar que mi matica de la misantropía se riega a diario, sola. Reitero que soy crítico de las posturas dicotómicas, pero así como valoro cada oportunidad que pueda brindar este país, así también estoy de acuerdo con Miguel de Unamuno cuando dijo: “El nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando…”. El mismo que escribió, bajo arresto domiciliario, en 1936: “La barbarie es unánime. Es el régimen de terror por las dos partes. España está asustada de sí misma, horrorizada. Ha brotado la lepra católica y anticatólica. Aúllan y piden sangre los unos y los otros. Y aquí está mi pobre España, se está desangrando, arruinando, envenenando y entonteciendo...”.

Fernando Egui Mejías
Escritor exacerbado con miras a convertirse en misántropo

lunes, 27 de abril de 2015

Titivillus...


Esta magnífica pintura se titula Virgen de la Misericordia con la familia de los reyes católicos. Fue hecha por el español Diego de la Cruz (1482-1500). La obra actualmente se hospeda en el Monasterio Cistercience de Santa María la Real de las Huelgas de Burgos, lugar de retiro espiritual…
Lo que llamó mi atención de este cuadro no fueron los detalles relacionados con un rey arrodillado y un cardenal de pie; más bien, la interpretación de un demonio con unos libros en el lomo (esquina superior derecha).
Poco se sabe sobre este maléfico personaje, quien ha sido identificado como Titivillus, quien desde tiempos medievales ya incitaba a la murmuración, la mala pronunciación y a la charla ociosa (no solo en momentos de oración). Más adelante se le atribuyeron algunos de los errores que arrastraban las escrituras… (¡!)
Cito fragmento: “Se le identifica como un demonio culto e ilustrado, que escribe en pergamino las oraciones que no se han pronunciado correctamente, las letanías que se recitan faltando sílabas y palabras enteras, los salmos fragmentados cantados despreocupadamente. También anota el comportamiento de las mujeres chismosas en Misa y de los que no prestan atención en los oficios.”
Me atrevería a pensar que la Inquisición tal vez haya quemado “unos cuantos” libros a razón de este curioso personaje; acción excusada en un posible mal uso de las palabras.
                                                                            
                                                                                  ***

Piénselo dos veces cuando no procure a sus esfuerzos escribir con una debida ortografía, o hablar con el correcto uso de las palabras; tal vez Titivillus esté a su lado para cuando incurra en esto que se conoce como Vicios del Lenguaje....

domingo, 26 de abril de 2015

COMO TAL: La Recurrencia Semántica del momento


La frase "como tal" es utilizada y reutilizada diariamente por los venezolanos. En sus más abstractas acepciones, esta muletilla, busca hacer "énfasis" en un sustantivo, una idea, una cosa... -una cosa como tal-.
La muletilla (también conocida como coletilla, latiguillo, bordón, bordoncillo o ripo) funge como soporte del discurso. Su uso y abuso denota, entre otras cosas, pobreza de vocabulario.
-Como Tal- también es un Cliché Lingüístico. Una frase usada en exceso. Una irregularidad léxica. Mario Vargas Llosa hablaba del "uso promiscuo de las palabras", es decir, la frase está demasiado puteada...
El uso constante de la muletilla y la aparición del cliché en el discurso hablado, indica falta de creatividad, innovación e incluso sinceridad.
Los clichés establecían cierta sintonía con la audiencia, ya que "ayudaban" a simplificar lo hablado, facilitando así el entendimiento en el público. De esta manera la frase intenta salvar la limitación expresional de quien la usa, ahorrando así esfuerzos en una descripción "tal vez" innecesaria.
Este tic verbal, tan innecesario como mal concebido, es una correferencia inútil, que incide directamente sobre lo que conocemos en lingüística como Cohesión.


Fernando Egui Mejías
Escritor como tal

martes, 24 de marzo de 2015

Venezuelan Loop




Cualquiera de nosotros (venezolanos) puede identificar la transformación que hemos sufrido a lo largo de estos años llenos de rivalidad socio-política. (Cualquiera con dos dedos de frente…) Parece que la discrepancia ha conseguido instaurarse, por decreto, en este país. Cualquiera de nosotros, reitero, podría fungir como termómetro social; como recolector de indicadores; como receptor y emisor del pensamiento colectivo y sus abstractas aristas; pues, como ciudadanos, todos vivimos y percibimos, tanto lo que ocurre, como lo que se oculta a nuestra vista. No hacen falta oráculos ni pitonisas para saber que hemos cambiado. ¡Venezuela ha cambiado y el venezolano, lastimosamente, también!
El pensamiento venezolano ha transfigurado en un sistemático e impulsivo acto reflejo, netamente reactivo. A mermado a una repetición inconsciente. El venezolano de ahora, anda siempre “a la defensiva”, y ha canjeado sus antiguos valores por otras actitudes que le sirven de herramientas ante el asecho de una agresión constante. Su escudo agrede, más que protegerle. Su paciencia sucumbe ante una agonía, una zozobra, una coyuntural desgracia.
Para nadie es un secreto que la exacerbación del venezolano se nota día a día. En su manera de hablar y manejar; en su abrupta llegada a un establecimiento sin respetar la prioridad de quienes aun esperan ser atendidos; en un ya desusado y poco común “buenos días”, “buenas tardes” o “buenas noches”; en la falta de decoro ante sus conciudadanos, pues ahora al venezolano “le sabe a mierda” si les escuchan o no sus groserías y sus vulgaridades. En fin, el arrebato colectivo es tan palpable como desagradable. Nefasto para una sociedad con miras al crecimiento.
No es mi intensión exponer los matices negativos de nuestra propia idiosincrasia, considero que nuestros defectos son harto conocidos por nosotros mismos, sin embargo, considero prudente recordar ciertas cosas, ya que la memoria del venezolano sí es de cuidado. La memoria del venezolano es como la de un sistema de vigilancia automatizada por cámaras, que graba por un período programado y luego reutiliza el espacio ocupado para “grabar encima”...
Antaño se apreciaban tantas entrevistas (televisivas y radiales) a talentosos, artistas, intelectuales y entusiastas que exponían los matices de algún arte, de alguna disciplina, de algún desempeño deshebrado con maravillosos resultados. Antaño se agrupaba una familia y se hablaba de “algo”. Se debatía en casa, con respeto, con tolerancia. Hoy los integrantes de esa familia viven en distintos países por causas más que conocidas, y los que aun conviven en ese hogar, conversan tratando de atinar palabras entre miradas de cabezas gachas que a veces se cruzan, puesto que la prioridad sea rendir culto a sus celulares inteligentes (phubbing). El venezolano no ha olvidado las normas del buen oyente y el buen hablante, simplemente, en su más escatológica expresión “le da ladilla”. Así se desjunta de su entorno para adentrarse como navegante en su viaje voyeur; en su expedición digital a otras vidas, ajenas a la suya...
La capacidad creativa se ha visto coartada por la inercia de un día a día que nos obliga a hablar de escasez y de inseguridad. ¿Cómo puede pensar en crear con cada suceso diario? ¿Cómo puede pensar, siquiera, en inventar, entre la bruma que le ciega de miedo y de angustia?... La conversación del venezolano se ha vuelto una espiral limitada, que al llegar al centro retoma su curso en reversa, una y otra vez. Todo apunta a la sobrevivencia, no del más apto, sino del más vivo, del más hábil. Así, un empleado deja de serlo para transmutarse en una suerte de nuevo-comerciante-informal, que se vale de las dádivas y subsidios del Estado, multiplicando los frutos de hacer una cola. La inversión de su moneda-tiempo canjeada por ganancia inmediata, colocando en un mercado negro los productos que obtuvo “a precio de gallina flaca”. Un “beneficio” que antes tardaba 15 días en llegar, y en medidas mucho más ínfimas que su novedosa pero circunstancial utilidad. Así, un chico deja de estudiar porque piensa que vendiendo por mercadolibre.com “gana más” que yendo a la universidad. <¿Para qué perder mi tiempo?> piensa en su más sensata introspección. Así, un empleado prefiere “rebuscarse” como moto-taxista, que cumplir un tedioso horario y seguir los lineamientos de un fulano jefe. Aquí ese venezolano “se arrechó” y dijo: ¡Ya no quiero jefe!.
***
Un Loop es un “episodio” que tiene un avance finito, que, al terminar de transcurrir, vuelve a su inicio para volver a comenzar repetitivamente; una y otra vez. Así se forma como una repetición que no trasciende… Cuando decimos que “caemos en lo mismo” estamos en presencia de un Loop. Cuando decimos que “tropezamos con la misma piedra” y que incluso “nos encariñamos con ella” estamos en presencia de un Loop. Un empleado que desee independizarse y trabajar en función de sus propias convicciones no es un Loop, pero sí lo será el hecho de tomar un camino incierto para verse obligado a regresar a su estado inicial, a razón, no de una meta sino de un capricho.
Las parejas que discuten siempre “por lo mismo” caen en un Loop. Aquel que no termina de entender el horario y siempre llega tarde a sus citas está atascado, no el tráfico, sino en su propio Loop. La mujer que aguanta callada violencia doméstica es presa de su propio Loop. El niño o joven reincidente no sale de su Loop hasta que aprende y cambia su actitud. El venezolano no termina de entender la realidad que vive (el que aun cree que “todo está bien”) porque está sumergido y aferrado a un Loop. Adiestrados y adoctrinados por un líder que los enseñó, entre otras cosas, a defenderse a punta de anacolutos. (¡!)
La risa sigue siendo una bandera en nuestra curiosa idiosincrasia, empero, paradójicamente nuestra propia comicidad se ha extinguido. Ya no hay una Radio Rochela, un Bienvenidos; un Cheverísimo (por nombrar algunos de los pioneros). Ya no coinciden las risas de una familia frente al televisor, si no es porque compraron una película cómica en el mercado-negro-de-películas-de-cajitas-azules. Antes teníamos tv por cable y optábamos pretenciosamente por no ver la televisora nacional. Ahora tenemos muchos más canales de cable, pero añoramos las telenovelas, los programas, los concursos y las entrevistas que se sucedían en esos canales, que hoy parecen también haber dejado de existir… Esa programación palurda, chabacana y poco creativa, parece mentira, pero servía de amalgama social ante las realidades de entonces…
La risa sigue existiendo, pero también ha transfigurado su ulterior esencia. La risa es el placebo que usa el venezolano para mitigar su desgracia. Así el venezolano se ríe al saberse desgraciado. ¡No puede evitarlo!. “Se ríe por no llorar”. Caemos en el fantástico Loop de la risa para no volvernos locos y, en consecuencia, matarnos unos a otros.
Esa actitud satírica del venezolano ilustra una suerte de Burlesque en el escenario de su propia realidad; de su condición; de su situación y su coyuntural desgracia, en contraste con las imposiciones de un vodevilista Estado, que ensambla y dirige todo a su antojo.
Desde la perspectiva de Henri Bergson (1899), esos episodios de risa no son más que: “Situaciones vodevilescas”. Y ante semejantes disparates, propios de una escena teatral, el púbico (nosotros) no podemos menos que reírnos, dado que la intención de cambio sea muchísimo menor que el recurso de la aceptación y la resignación.
Estas últimas no son más que la consecuencia de una indefensión aprendida. De esta manera, cae, nuevamente el venezolano, en el Loop de esa indefensión, en el Loop de la impotencia, porque cada vez es más apreciable que “no puede hacer nada al respecto”. De esta manera transita inerte, como un zombie, ¡un zombie devorador de bulos.!
Venezuela sufre una resaca que no parece acabar, a razón de un pasado fiestero y embriagador. La consecuencia de un bochinche desmedido que no previó las secuelas del despilfarro y la no atención de asuntos de interés nacional; asuntos que fueron dejados en manos de “otros”... Venezuela no recuerda lo que ha hecho, cual beodo que ha olvidado dónde dejó las llaves, a causa de sus propios excesos.
¡El tiempo ha pasado tan rápido! Hoy nos vemos las caras tratando de recordar una sonrisa espontánea, un “buenos días” sincero. Pero, cuáles son las respuestas más contemporáneas a un coloquial ¿Cómo estás? o ¿Cómo está la vaina?, me atrevo a enunciar algunas:
<Jodido pero en Caracas>; <Mejor no entremos en detalles>; <Mientras haya salud…>; <Ahí vamos…>; <Echándole bolas>; <Trabajando como un negro para vivir como blanco>; <La vaina está buena… ¡pero mal repartida!>; <La cosa está color de hormiga>; <Jodía´, la vaina está jodía´>; <Con ese dólar…>; <Bueno, ahí vamos>; <Dándole…>.
Incluso respondemos con otras preguntas, irónicas: <¿Para qué quejarse?>; <¿Qué cómo está la vaina?>; <¿Cómo va a estar…?>; <¿Tú como que no lees las noticias?>
Todos vivimos y convivimos entre Loops; de la tragedia a la comedia y de la comedia a la tragedia, en esta misma casa que es Venezuela, hogar de los venezolanos.
Fernando Egui Mejías.
Venezolano

domingo, 22 de marzo de 2015

Sobre la película: Interestelar



Aquí dejo algunos detalles de la película de Christopher Nolan: Interestelar. Detalles que me causaron cierta curiosidad…
ADVERTENCIA: No lea esto si aun no ha visto la película. Este análisis contiene Spoilers.





A pesar de todo lo que abajo expongo, considero que Interestelar es una película espectacular, fabulosa y más que entretenida. Un thriller que te mantiene concentrado en cada escena. Una historia interesante que te envuelve en lo inevitable de un destino incierto para el futuro de nuestra humanidad y la alternativa posibilidad de dos opciones, la salvación o un exilio cósmico donde regenerar nuestra propia raza…
1.- Me resulta, más que inverosímil, incongruente, el hecho de que Joseph Cooper (Mathew McConaughey) se auto envíe las coordenadas de la NASA, teniendo en cuenta que esas coordenadas serían su boleto de ida a la 5ta dimensión, por la cual “transmite” sus señales. El tiempo allí es manipulable, pero, existe un espacio-tiempo lineal (inicial) que debe respetarse. ¿Cómo puede enviarse un mensaje a su yo del pasado con una realidad futura que parte de esa acción? En otros casos la Paradoja del Abuelo se cumple fiel a su estructura, como en el caso de la historia del John Connor en Terminator. Aprovecho para refrescárselas:
John Connor crece y se vuelve el líder de la Resistencia contra la rebelión de las máquinas, se da cuenta de que han enviado un robot exterminador al pasado para matar a Sarah (su madre) antes de que ésta pueda concebirlo. John decide enviar también a uno de sus soldados para evitarlo (Kyle Rease), quien luego de viajar y conocer a Sarah se acuesta con ella dando continuidad a un mismo John Connor líder de la Resistencia, pero con los genes de K. Rease. El John Connor del primer espacio-tiempo no tenía los genes de K. Rease: he ahí la respuesta a la paradoja…
Así entendemos que existieron 2 padres de John, pero una misma intensión de un John, líder de la Resistencia.
Ahora bien, ¿cómo se explica que Joseph Cooper se haya enviado las coordenadas del laboratorio NASA, dado que sin ellas no hubiese podido viajar a esa 5ta dimensión, para manipular el tiempo con sus “mensajes”? Es como si el Doc (de la película Back to the Future) hubiese sido un estudiante de medicina y su yo del futuro se le apareciera con el diseño del Condensador de Flujos del Delorean... Es decir, la realidad futura de un Doc que no fuese científico no podría regresar para dar ese mensaje. En la realidad futura de un Joseph Cooper sin las coordenadas de la NASA, ¿cómo llega hasta la 5ta Dimensión para darse esas coordenadas a su yo del pasado?. Aquí Nolan creo que se resbaló duro.
2.- ¿Cómo es que la gente que habitaba en un poblado relativamente cercano al laboratorio “oculto” no se dio cuenta de los lanzamientos previos?. (Los misioneros de Lázaro). La población entera ha debido presenciar al menos a distancia dichos lanzamientos… Aun así, ese lugar de lanzamiento es “secreto” y se mantiene “secreto”.
3.- El Plan B: la bomba de población con más de 5000 óvulos fecundados. ¿Cómo pensaban “criar” a esos embriones que estaban llevando para una supuesta nueva raza? No se explica muy bien el proceso. ¿Acaso la doctora Amelia Brant (Anne Hathaway) fungiría cual Eva bíblica sin un Adan, en una sucesión de nacimientos sci-fi? ¿Sería ella la maestra única en un preescolar cósmico? ¿Esta nueva raza estaría confinada a aprender las únicas enseñanzas que les transmitiera esta Doctora Amelia Brant, o la Estación cuenta con un sistema automatizado de educación y adiestramiento? No se explica muy bien ese “crecimiento exponencial, por subrogación, de los óvulos fecundados” del que habla con tanta seguridad en el laboratorio, sosteniendo en sus manos la congelada colmena humanoide.
4.- Como es costumbre en Hollywood, Estados Unidos es, al parecer, la única referencia de habitantes sobre la tierra…
5.- Joseph Cooper fue literalmente excretado por el agujero negro (el puente Winstein-Rosen) y luego “encontrado” por alguna nave. Finalmente fue llevado al “nuevo mundo”… ¿Cómo se explica esto? ¿Lo vieron flotando por ahí? ¿El traje de cosmonauta posee un gps con una autonomía sin límites?
6.- Mi campo de estudio no es la física, ni mucho menos la astrología, es la literatura y la redacción, sin embargo, tengo entendido que un agujero negro es consecuencia de una extremada fuerza gravitatoria, la cual convierte un astro en un literal hoyo del cual no puede escapar ni la luz. En este sentido la idea de un agujero negro, o wormhole, o en este caso “el puente Winstein-Rosen”, el cual sirve de portal para acceder a otros planetas con fuerzas de gravedad controlables no me pareció muy congruente.
7.- Suponiendo que el Puente Winstein-Rosen no presentase las condiciones gravitatorias de un Agujero Negro, ¿cómo es que puede existir vida en un espacio carente de un astro solar… Las temperaturas serían incalculablemente bajas…Por tanto, este puente no puede ser un hoyo negro sino un portal cósmico...
8.- Una vez que Murph (la hija de Cooper) descifra el "enigma" y transmite la información a la humanidad para poder "escapar", se lleva todo crédito, sin dejar agradecimiento al verdadero salvador (Joseph Cooper).
9.- El reencuentro entre Murph y su padre llega a ser bastante perturbador, pero aun más el hecho de que este Joseph Cooper le pase por al lado a nietos y biznietos y no pretenda ni siquiera un saludo. Simplemente sigue los consejos de su hija, (la abandona nuevamente luego de unos pocos minutos de conversación) roba una nave y se va en busca de la doctora Brant, quien se encuentra trabajando sola como maestra de preescolar cósmico…
10.- A pesar de todo esto, a pesar de que Mathew McConaughey no habla sino susurra, la película me gustó jajajaja.

domingo, 15 de febrero de 2015

Sobre la película Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia


Esta obra de arte trata, entre otras cosas, sobre la “reinvención” de la carrera, y la vida misma de un actor. Riggan Thompson y su alter ego Birdman, amalgamados en una intermitente y sutil esquizofrenia. En el desespero de un ansiado reconocimiento. Actor que en su momento saboreó la fama, y posteriormente, en su actualidad, busca probar otro bocado, tratando de merecer una vez más el tan codiciado aplauso de un mercado: la audiencia.
Esta película utiliza un recurso cinematográfico que se conoce como “meta-cine” (varias historias dentro de una misma historia). En ocasiones el guión puede sentenciar increíbles quotes, líneas trascendentales y filosóficas, camuflajeadas en una aparente sátira. La escena donde la hija del personaje principal lo "arrolla" con un argumento tan persuasivo como insidioso es, creo, una de las columnas de esta obra. En el capítulo 12. Ella le hace entender que la realidad de un mundo moderno, un mundo actual, no se diluye, paradójicamente, en su efímero y fugaz pretérito. El personaje de la hija le recalca que en el mundo “hay que encajar” y mimetizarse entre tendencias, culturas y subculturas. Lo invita a getting used to it… De lo contrario, no importas, no existes… Este argumento es una fucking oda al Mainstream.
Este personaje principal es patético, inseguro, ambiguo y hasta terriblemente desesperado; rasgos lo suficientemente humanos en alguien quien irónicamente fungió cual superhéroe, tanto para el mundo como para sí mismo. Él improvisa su propia vida, limitada a una pretensión de fama. A la avidez de sentirse aceptado tal y como él se sueña, tal y como él mismo quiere venderse al mundo; al placebo del aplauso, dejando de lado sus otras responsabilidades. Así juega a imaginar aun sus poderes suprahumanos, pertenecientes a su yo del pasado. Así se acepta él como las aves que vuelan por encima de todo... Anhelando ser aceptado...
El personaje de la crítico, es poderosamente implacable. Asumo que podría representar lo estricto de un “sistema” que controla lo que se puede vender o no. El cine en cuestión y las casas productoras.
Por otro lado está el personaje que representa Edward Norton, el cual fluye tan natural como egocéntrico. Este personaje es el artista talentoso que hace lo que le place. Sin embargo, esconde sus penas tras la fachada del éxito, pues en escena es un dios, no obstante, fuera de ella, muchas veces “no sirve”…
También, se aprecia una suerte de meta mensaje, proveniente de un director que busca elevarse otra vez con una nueva obra, para ser también aplaudido: Alejandro González Iñárritu, quien dirigió Biutiful (2010); Babel (2006); 21 Grams (2003) y Amores Perros (2000). Al igual que un Keaton que renace luego de su Batman (1989).
El título de la película es Birdman, y el subtítulo: la inesperada virtud de la ignorancia. No saber, puede llegar a ser provechoso en un mundo tan contaminado como en la cosmovisión del entretenimiento, así como en nuestros tiempos post-modernos. No saber, es otro sesgo. Resaltando la ignorancia, como motor para producir o causar ciertos efectos, controlados por supuesto… Tal vez el hecho mismo de “desconocer” sea una medida, para identificar rastros de una pureza ya extinta en nuestra poluta naturaleza humana…
Con este subtítulo se condena a la “actualidad”, a las nuevas generaciones, quienes no aprecian la profundidad del análisis y los matices de lo trascendental en los escenarios de la vida misma. Una sociedad que aprueba lo efímero, y lo digiere sin mayor problema, víctima del inmediatismo; una mayoría imponente que opta por una satisfacción casi instantánea y designa quién puede y quien no, a través de sus recursos digitales. Una decisión Asch. Una sociedad que deja a un lado lo profundo, puesto a que tiende a brindarse tedioso, para enfocarse en algo que tal vez le sea más impresionante. La ignorancia es una virtud cuando, a razón de esa condición de nesciencia, el dolor y la frustración degeneran en calamidades más superfluas a las de alguien que sí vive y siente según su propio criterio y no bajo la opinión de un sesgo.

domingo, 8 de febrero de 2015

John Cage 4´33


John Cage fue un reconocido compositor estadounidense. En una de sus interpretaciones, se sienta frente a su piano por 4 minutos y 33 segundos, en un casi completo silencio.
Para mi humilde juicio, esta situación llega a ser, en principio, harto desconcertante. Situación plasmada y registrada en la historia de la "musica": su "música"... Al final de su "silencio" hace una reverencia al público, y éste le APLAUDE.
Para mi humilde juicio (reitero), esta "pieza" no es más que una oda a la vanidad. Una proyección, tan abstracta como silente, de lo que este músico se pudiese imaginar al tocar una de sus piezas. Es una invitación a disfrutar la armonía del silencio, y a experimentarlo como parte de una música, también compuesta. Es un desafío a la ruptura de paradigmas.
Para mi humilde juicio (insisto) John Cage, ¿será que exhorta a componer el silencio entre nosotros... A medirlo?
Podemos sucumbir ante nuestras IMPULSIVIDADES más antropológicas y simplemente reírnos de esto, señalando una vez más, con nuestro dedo ignorante y acusador, algo que se brinda como una completa ridiculez. O podemos, no apreciar, pero sí identificar algunos elementos que pudiesen escapar a una mente cerrada y ajena al arte.
Para suma de mi impresión este "segmento de silencio de John Cage" no solo ha sido aplaudido entre algunos snobs. Esta aventura momentánea e incongruente, tan desafiante como atrevida, tan extraña y tan abstracta, incluso, absurda ¡se vende por Itunes! Aunque no lo crean, está disponible para la venta.
Un track de 4 minutos 33 segundos de silencio, disponibles para ser descargados en tu iPod, por tan solo $0.99.
Mi impresión no puede más que reposar en un pensamiento:
¡Todo puede venderse!

miércoles, 7 de enero de 2015

A mi Reina y a mi Verdugo les saludo...

Año tras año nos llamamos en época de navidad para recordarnos cuánto cariño hay entre nosotros, y cuan grande es nuestra amistad. Cuánta dicha el sabernos en familia. En compañía. Juntos. Este diciembre no es la excepción. Cada final de año trato de hacer un recuento de mis experiencias, para tratar de evaluar mis decisiones, mis opciones y mis oportunidades. Para entender mejor mi propia vida y conocerme mejor a través del Tiempo.
¡El Tiempo! vaya elemento imperativo. Qué fácil es tan solo nombrarlo, pero qué difícil es asumirlo. El Tiempo es un maestro que no deja de ser tirano, y a su vez, un tirano que no deja de ser maestro. El Tiempo es una andrógina meretríz que muchos aman pero que pocos respetan. ¿Acaso existe algo más poderoso que el Tiempo? ¿Acaso existe algo más cercano a la ambigüedad de Dios, que el mismísimo Tiempo? En la mitología griega el inicio de todo, el dios creador, la primera figura del Olimpo, fue nada más y nada menos que: Cronos: ¡El Tiempo!. Padre de Zeus y cabeza de la jerarquía helénica. El Tiempo es todo y todo es el Tiempo. Le rendimos culto inconsciente a través de la cronología de nuestra propia existencia. A través de una sucesión de vidas. A través de la historia. A cada momento... El Tiempo ha sido obedecido y siempre se obedecerá. Veneramos su extraña existencia y vivimos bajo su ordenanza. Nadie puede contra el Tiempo. Nadie.
Ese mismo Tiempo, inclemente, infalible; ese mismo Tiempo, inmodificable, casi perfecto, constante, intransigente, despiadado, desconcertante, es ¡la regla máxima!. La condición de un siempre. El más costoso impuesto. La única verdad común a todas las verdades. Así existe el Tiempo de manera absoluta. Entre los que ya no están, entre los que estamos, y entre los que estarán…
En un libro titulado Love Story, el autor (Erich Segal) define otro elemento poderoso, como es el Amor, bajo la siguiente premisa: “amar es nunca tener que pedir disculpas…”. Vaya tema complicado y subjetivo el Amor. (…) El Amor en su más excelsa expresión nunca ofende. Y así como el Tiempo, tiene dos realidades. Una subjetiva, y otra inherente al colectivo. En mi esfuerzo más existencialista he definido el estado hiper-consciente de una realidad-tiempo bajo el término Maintenant, que quiere decir: Ahora (Lo expongo a través de uno de mis cuentos, el cual titulé Clarence Carswell y la ambigüedad del Tiempo). Pero ese Ahora es cíclicamente fugaz y constante. El Maintenant, el Ahora, son como pequeñas velas que se encienden y se consumen; no necesariamente de una manera correlativa. Pequeñas velitas que se encienden y que se viven para luego encender otras nuevas, dejando atrás las consumidas. Casualmente, el título del libro que publicó mi madre antes de morir, el mismo que solo yo le ayudé a escribir y a diagramar, lo tituló: Candilejas de Sentimientos. Ese libro no es más que una sucesión anacrónica de sus momentos. De sus “ahoras”. De su Maintenant. ¡Vaya coincidencia! Mis conjeturas más abstractas y existencialistas fueron resumidas por mi madre en una frase atemporal, que utilizó para titular su obra, en una línea esbozada en el Tiempo. Su Tiempo. 

Dios me prestó a mi madre y el Tiempo se la devolvió, recordándome que no era más mía que de él. El Amor la mantiene conmigo. Y mi más futuro Maintenant, mi Ahora-más-luego también estará con ella, de nuevo en presencia tangible… No me arrepiento de nada de lo que viví con mi madre pues todo ello forma parte de mi Ahora. Mi amor por ella me hace bajar la cabeza contra ese villano Tiempo que no me dejó estar más momentos sino tan solo algunas velas… hasta un próximo Maintenant… que ya será más allá de nuestra actual razón. Lo que no me impide el Tiempo es amarla como la amo, más allá de sus estrictas condiciones cronológicas. El Amor más fuerte trasciende al tiempo (esta vez con minúsculas). Ya estaremos juntos de nuevo. Hoy mi corazón te grita llorando en un subjetivo silencio; pero estoy seguro de que nos volveremos a ver. Bella. Bellísima. Te amo. Siempre te amaré. Siempre… ¡Cuánta falta me haces! ¡Cuánto te extraño! Madre amiga. Madre room-mate. Madre socia en intercambios literarios. Te amé tan poco, que hoy me duele no poder amarte más. Solo el consuelo de saberte bien en tu verdadero lugar me reconforta y me serena. Bienvenida sea, ahora y siempre, la calma. La calma es una bendición. La calma es fortuna a mi alma. La calma es sosiego a mi mente. Un arduo ejercicio. Feliz navidad mamá. Y feliz navidad para ti también Tiempo. Perverso profesor. Maestro malicioso. Ya llegará el momento en que pueda burlarte, y así encender esa velita que tan pronto me apagaste. De momento será mejor estar tranquilo. Estar sereno. Incluso agradecido. Difícilmente agradecido…