martes, 5 de agosto de 2014

La Nueva Torre de Babel

Nuestra post-moderna actualidad esboza una característica social progresivamente resaltante: la gente cada vez es más celosa con “su tiempo”. Tan cierto es, que ya se presta demasiado tedioso dedicar la atención a leer algunas líneas, aparentemente de más, para esos exigentes receptores que buscan “enterarse” sin tener que “leer mucho”. La practicidad ya es un elemento implícito ante cualquier planteamiento informativo que se quiera exponer, y esta tendencia a "optimizar el uso del tiempo" nos lleva a otros escenarios no necesariamente concretos. Esta aparente practicidad ha transfigurado en otra cosa mal formada e incorrecta: el inmediatismo.

Específicamente en relación a la REDACCIÓN de las noticias del día a día, he notado una suerte de transformación lo suficientemente nefasta como para causar en mí y mi percepción cierta inquietud, incluso molestia y repulsión. Yo soy yo y mi percepción.

Estos “redactores modernos” están deformando el lenguaje castellano, su debida sintaxis y su bien estructurada semántica, en favor de resumidas publicaciones, cargadas de coloquiales líneas y hasta prosaicos y chabacanos comentarios.

La correcta redacción no es algo del pasado. La correcta redacción se suscita y se impone en respeto al Castellano y sus bondades; brindando la posibilidad de exponer en una composición textual cualquier idea que se quiera plantear. La comunicación necesita de un canal y ese canal ciertamente es el lenguaje hablado o escrito, si éste es deformado la comunicación se fractura, se distorsiona.

Numerosos artículos de portales informativos (.com) no están bien redactados; al parecer, la figura del jefe editor posee características similares a las del asesino de la Rue Morge, o quizás las mismas de aquel personaje que se trepaba por el Empire State con una chica entre sus manos mientras era atacado por helicópteros y aviones de guerra... Porque hay que pretender tales tipologías y capacidades cognitivas para aprobar muchos de los artículos que vemos a diario en la prensa web.

La "noticia moderna" se presenta pseudo elaborada bajo un escueto contenido y falta de estructura en el argumento del tema seleccionado. Algunos de ustedes recordarán tal vez a uno de sus profesores satanizando el copy y paste. Pues lo que se está gestando, en relación al lenguaje y la comunicación escrita es mucho más nefasto que esa tendencia copy & paste en trabajos otrora escolares.

Al paso que vamos, la próxima generación de artículos, noticias, sucesos, crónicas y demás piezas de carácter informativo serán más escuetos y coloquiales, promoviendo la utilización de un lenguaje informal y decadente. Un lenguaje que desvirtúa la idea de “ir al grano”. O pero aun, será una suerte de conmixtura entre palabras, caracateres y símbolos (emoticones e imágenes .gif)

Recuerdo cuando, ya bastantes años lejos de la actualidad, uno encontraba en la prensa impresa (el casi extinto periódico tangible) un engranaje casi perfecto de ortografía, lingüística y congruencia entre sus contenidos...

No hace falta una redacción muy rimbombante ni mucho menos un recargado uso de sustantivos, adjetivos, adverbios y sinónimos para plantear cualquier información. Sin embargo, el debido uso del idioma y sus palabras se ve permeado por una tendencia chabacana en la expresión, tanto verbal como escrita; una comunicación improvisada, palurda (porque se escribe y dice palurdo, con P de porquería y no con B de bestia), carente de integridad y de valor expresional.

A mi sí me duele mi idioma, mi español, mi castellano, y veo con seria preocupación como se desmorona y se diluye entre el inmediatismo informativo de nuestra época supuestamente moderna, ahogada en la practicidad y el confort.

El prefijo híper lleva la vanguardia en estos tiempos, y esta no es la excepción. En la era del híper-modernismo las expresiones idiomáticas sustitutivas y los modismos han mutado en una fuerza mayor y más bestial, que ridiculizará las clásicas maneras de usar el lenguaje.

Oh Andrés Bello, qué han hecho con tu idioma…

Fernando Egui Mejías
Escritor