lunes, 1 de julio de 2013

Cultura de Reclamo


Este mundo sería un mejor mundo si supiéramos reclamar.

Necesito identificar un factor determinante en nuestra exacerbada sociedad. Ya antes he mencionado que la cadena es tan fuerte como cada uno de sus eslabones, por tanto el engranaje social funcionará o no según esa premisa.

En los últimos años hemos notado un evidente deterioro en relación a nuestro país y sus otrora bondades. Expertos en la materia le adjudican a nuestra actualidad la siguiente frase: Pobreza de Entorno. Se entrevé un desgaste en la calidad, tanto de los servicios como de la infraestructura en general de nuestras ciudades. Todo lo opuesto a la Sociedad Empática de la que otros expertos también deliberan.

Así pues vemos el evidente deterioro en los alrededores de las calles en contraste con los Servicios Públicos y la infraestructura en general del país; desabastecimiento y escases de productos básicos y no tan básicos; ausencia de competencia en cuanto a marcas, modelos y diseños; una "variedad" que poco a poco ha ido mermando, así como también la calidad en los productos y servicios.

¿Quién se jode? Pues el consumidor final.

La “empatía” es ingrediente esencial en una sociedad, y en nuestro caso, no deja de prescindir. Mucho del éxito japonés se basa en esa tendencia a pensar primero en “el otro” sin dejar de enfocar los esfuerzos en las necesidades personales. El ideal de una Madurez Colectiva está presente en la conciencia de sus ciudadanos, teniendo en cuenta los valores del Sentido Común en su más sensata expresión; sentido casi extinto en nuestro hermoso y nesciente país Venezuela.

Es inevitable que en el curso del tiempo las contingencias se susciten, surgiendo así eventos erráticos que afecten a un colectivo o a un ciudadano en particular. Las “fallas” que ocurren a diario en los diferentes escenarios por los que nos paseamos como integrantes de un Sistema, bajo la figura de consumidores finales. Todos somos consumidores finales.

Por ejemplo, al momento de escribir esto trato de ingresar a internet para identificar algunas fuentes y así alimentar el contenido de mis argumentos, sin embargo, la conexión “va y viene”… Vale acotar que mi Plan de Datos está establecido por la compañía operadora con una velocidad de 10megas y casi todos los días presento problemas para navegar. La velocidad promedio de conexión a internet en Venezuela es de 1,5 a 2.0megas, y eso es dowloading (bajando datos) porque uploading (subiendo datos) la conexión es una bandera al tercermundismo. 

Ese Factor Determinante el cual menciono en el primer párrafo de mi avalancha de palabras, es una carencia en nuestra mancillada idiosincrasia. Una deficiencia de nuestras actitudes y errantes comportamientos. Es lo que me aventuro a definir como Cultura de Reclamo.

En nuestro país NO TENEMOS Cultura de Reclamo, porque sencillamente nos hemos mal acostumbrado a dejar pasar las cosas hasta tal punto que nuestra exasperación nos lleva a dirigirnos al ente encargado para despotricarnos entre gritos e insultos en una fase ya terminal y poco efectiva.


La semana pasada mi nevera Daewoo decidió dejar de enfriar. Un obrero que labora cerca de mi casa se ofreció a arreglarla, alegando saber qué hacer, luego de yo comentarle tal problemilla en busca de una pronta y experta ayuda. El obrero-técnico vino una primera vez identificando que el “protector” se había quemado a raíz de los altos y bajos de la corriente (Servicio de Luz). Procedió a sustituir el fulano protector y la nevera funcionó hasta al día siguiente (incluso estando conectada a otro protector eléctrico el cual se enchufa a la toma de corriente); lo contacté de nuevo indicándole que la falla aun persistía, en esta ocasión sustituyó un supuesto termostato que también se había dañado (como dicen los periodistas: presuntamente), para poner en marcha el funcionamiento de la nevera una vez más. El funcionamiento del electrodoméstico se mantuvo normal algunos días. Me doy cuenta, en lo sucesivo, de que la nevera NO estaba enfriando como solía hacerlo, por lo que me vi en la necesidad de llamar a un experto en la materia para que me resuelviera el problema de una vez por todas. Siempre he vociferado: ¡lo barato sale caro c...!

Fíjense que aquí se identifican varias determinantes.

-       El electrodoméstico se daña a raíz de una serie de irregularidades en el suministro de corriente por parte de la empresa de Servicios de Luz (no creo ser el único ciudadano al que se le haya dañado algún equipo en su casa por esta causa).
-       Ya uno asume que los altos y bajos de corriente son algo común, así como cuando cortan el servicio de luz alegando un mantenimiento preventivo. (eso no pasaba años atrás)
-       Al momento de presentar una contingencia, uno busca una salida tan pronta como fácil y llama al primero que se le atraviesa alegando saber “algo” del caso. Error.
-       Luego de contratar al primer técnicucho e identificar que su experiencia  no era la mejor, tuve que llamar a otro que me fue recomendado, teniendo que pagar nuevamente por una reparación que se supone ya se había gestionado.
No he mencionado que por lo general este tipo de personas te embarcan por promedio dos veces antes de ir a tu casa a resolver el problema.
-       Mis obligaciones aumentan y mi paciencia se agota, por tal razón mando todo al diablo y pago al nuevo técnico comentando imperativamente a los demás que no me hablen más sobre el tema.
-       Caso resuelto. La nevera enfría de puta madre.

Si todos y cada uno de nosotros como ciudadanos exigiéramos Calidad, pues la Calidad de manifestaría. El Venezolano (por lo general) espera hasta último momento para reclamar; y ya en un estado de exacerbación arremete con gritos e insultos a su potencial proveedor.

El caso de mi nevera es en extremo algo sencillo, que podríamos transponer en escenarios más delicados y relevantes a niveles de Sociedad y Urbanismo, sin embargo, no deja de ser cotidiano bajo el ejemplo del doble técnico.  Más de uno se sentirá inevitablemente identificado.

Si no nos cumplen con lo que nos ofrecieron pues será prudente RECLAMAR, educadamente pero con decisión; de manera pacífica y equilibrada pero haciendo énfasis en que nos han perjudicado.Hay que hallar la manera de traducir de forma educada y efectiva un: no me jodas, me arreglas mi vaina. Los Reclamos siempre serán mejor canalizados si nos brindamos respetuosos, sin dejar de EXIGIR una pronta solución con argumentos VÁLIDOS. 

Confieso que a veces cuando veo al obrero-técnico trabajando cerca de mi vecindario me provoca arrollarlo con mi vehículo, luego retroceder y arrollarlo de nuevo, repitiendo esto unas 3 ó 4 veces, pero en realidad no llegaría a nada. No tiene sentido siquiera el pensarlo. Es verdad, somos humanos pero, con un poquito más de ganas, podremos mejorar muchos de nuestros defectos antropológicos.

Si usted se ve perjudicado NO SE QUEJE, RECLAME.
Si a usted no le están cumpliendo como le prometieron: NO GRITE, RECLAME
Si no se siente a gusto con el servicio que le están dando NO OFENDA, RECLAME
Si considera que algo no esta bien NO VOCIFERE, RECLAME.
Sea inteligente coño.
Usted tiene que saber a quién le está pidiendo las cosas, en caso contrario: asesórese. No alimente la mediocridad de los demás. Algo barato es muy distinto a algo económico. Aproveche lo económico, aléjese de lo barato.

Reclamar no es ofender. Reclamar es un derecho que debemos aprender a usar mejor. Reclamar es una muy buena herramienta para un mejor futuro, solo si sabemos sacarle el mejor provecho. Administre mejor su capacidad de reclamo y dé su aporte para poner de moda en nuestra sociedad la Cultura de Reclamo que tanta falta nos hace. Reclamar tendría que ser un derecho constitucional y su mal uso debería ser, a su vez, severamente penalizado. Nunca falta un(a) desmedido(a).

Usted con un martillo puede construir, o bien puede destruir, todo depende de sus ideales y su nivel de ignorancia.


Tratemos de controlar la IMPULSIVIDAD y enfoquémonos en buscar una solución coherente a nuestros problemas. Pongamos de nuestra parte pensando siempre a favor del Colectivo. Gracias.

3 comentarios:

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  2. Una consecuencia de la agotada capacidad de asombro; magistral Fernando. Saludos

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  3. Así son las cosas.... Sin contar que en muchas oportunidades antes de pasar a cualquier tipo de técnico, nos da por la autogestión (tipo MacGyver con lo que este a la mano), y decidimos tomar el problema en nuestras manos y decir: "nada seguro es un cable o alguna pieza floja", y terminamos haciendo el problema más grande, jeje..... Un abrazo primo....

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